martes, 2 de octubre de 2007

LA MONARQUÍA: RAZÓN HISTÓRICA





Monarquía versus republica
1ª RAZÓN EN LA QUE SE SUSTENTA LA MONARQUÍA: LA HISTÓRICA

Ciertamente hay un debate emergente monarquía república, pero mas que un debate es una eterna amenaza, que unas veces está durmiente, y otras la despiertan los ambiciosos o papanatas de turno para tener en vilo continuamente a la Nación.

Ahora parece ser que el anarquismo se ha echado a dormir su sueño eterno, pero qué pasaría si otra vez volviesen los anarcos para soliviantar al personal y plantear la disyuntiva estado si, estado no. Ellos ya han escogido su fórmula. No habrá debate, sino solo lucha para intentar imponerla.Y como este pongo otros ejemplos, no al Ejército, no a la policía, fuera los jesuitas, abajo la Hacienda pública, abajo la familia…etc.
Un país civilizado no puede estar jugando a estos juegos harto peligrosos. En España hubo un periodo constituyente, bastante difícil por cierto para sus protagonistas y para todos los que lo vivieron en general, pero al final se consiguió algo, que si no es a satisfacción total de todos, si lo fue para una mayoría que así lo pronunciaron con su voto.

La Constitución fue consensuada, para evitar ese problema que obviamente no ignoraban los que la redactaron, de tener que estar cambiándose cada vez que cambiase el signo del gobierno, como pasaba en el siglo XIX.

La Transición española, que universalmente es considerada modélica, tuvo muchos problemas como ya he dicho, por presiones de poderes fácticos, y sobre todos por los mal nacidos de siempre que no dejaron de sembrar el camino de sangre. Pero pese a ello, se consiguió establecer las reglas del juego, el marco jurídico constitucional.

Y en dicha constitución se adoptó como forma política del Estado la monarquía parlamentaria (Titulo Preliminar, articulo 1.1)

Esto no deja de ser una trampa, de la que ya he dejado constancia en mi intervención sobre la cuestión sucesoria, pero de todas formas es lo que hay. (me refiero a la reticencia de llamarla Constitución de la Monarquía Española, como era el precedente historico)

El hecho de adoptarse la Monarquía como forma política del Estado tiene una razón poderosa, basada en la Historia. La Monarquía no es un capricho de unos cuantos, que cuando vengan otros cuantos y la veleta les sople para otro lado digan que hay que cambiarla.

La Monarquía es la historia de España. España es un país monárquico, históricamente hablando, y si bien el concepto de Monarquía ha evolucionado hasta el punto de calificarla como parlamentaria, precisamente eso es otra de las razones de la vigencia de ese vestigio histórico, que es capaz de adaptarse a la evolución de los tiempos.

Seria impensable, y subversivo pensar que Suiza deviniese una Monarquía. La historia de este país se ha fraguado como una confederación de estados y esa es su historia. No cabe ser monárquico, solamente respetuoso con el pasado que forma parte del país, y que es su historia. Una república federal

Lo mismo podríamos decir de otros países, todas esa repúblicas americanas que nacieron a su independencia como repúblicas, aunque algunas con orígenes controvertidos. Y si el caso de América ciertamente es un tanto delicado (piensese en Brasil), pasemos a África, y valga lo dicho anteriormente. Todos los estados nacidos de la emancipación colonial se convierten en repúblicas. Ese es su devenir natural e histórico

En Europa tenemos casos problemáticos, pero no voy a estudiarlos todos aunque seria interesante hacerlo como tema de otra discusión. Pero me voy a centrar en el caso francés. Francia, digo Francia, no los franceses, es un país monárquico. Se respira monarquía en su historia, en el nombre de sus ciudades, de sus regiones, de sus unidades militares, de los símbolos e insignias de sus regimientos. Quien recorra el valle del Loire no puede apartarse de la presencia de sus reyes…bueno, pues está condenada a ser una república porque tuvieron la suerte de inventar ese maldito baño de sangre que fue la revolución.

Francia está condenada a ser una república, no es una opción, es un castigo histórico, y curiosamente cuando algún político se perpetua en el poder, por muy izquierdoso que sea (ya sabéis a quien me estoy refiriendo), se le pasa por la cabeza tomarse medidas de la misma para hacerse una corona. Probablemente no lo harán nunca, pero obsérvense las formas calcadas de las monarquías. Esa Garde Republicaine superior en numero a Guardias Reales como la española, los palacios, el boato, etc.

Toda esta disgresión viene al caso para reafirmar mi tesis de que es la historia de cada uno de los países la que marca como ha de ser la forma política de su estado. Y esto no se debe discutir, ni se debe elegir. Lo mismo que no elegimos la Patria en la que nacemos, ni los padres que nos hacen nacer. Los aceptamos tal como son, sean guapos o feos, pues siempre para cada uno de nosotros nos parecerán los mejores del mundoResumiendo: mi primer argumento en defensa de la Monarquía es, que es la historia la que la conforma como forma política.

Lo mismo que es la historia la que determina el territorio de esa Nación. Y no se nos ocurre decir, anda mira, vamos a montar España junto al lago Tanganika pues allí hace mas calorcito en invierno. El territorio está ahí, se ha ido conformando históricamente a lo largo de siglos y no se puede cambiar de sitio, …ni repartírselo entre los usuarios.

Y entrando en el tema de los calificativos, monárquicos, juancarlistas… republicanos… en mi opinión estos calificativos no son aplicables a las personas. Las personas no son monárquicas o republicanas, son las naciones. Cierto que el diccionario de la RAE da la acepción de persona partidaria de tal o cual sistema, pero esto nos llevaría a arrastrar con nosotros en cada uno de nuestros movimientos miles de calificativos que obviamente nos impedirían aquellos. Seremos tortilleros (porque nos guste la tortilla, no por otra cosa), cafeteros, whiskeros, peseteros (los que guarden añoranza de la antigua moneda, no los tacaños), camineros (como los peones), en fin, no voy a seguir con miles de calificativos los cuales se prestarían a broma, porque ciertamente es una broma calificarse con un titulo por el hecho de que pensemos de tal o cual manera, o tengamos preferencia por este o aquel producto

Si yo considero que la Monarquía es el mejor sistema para España como he expuesto anteriormente, no tengo por qué calificarme como monárquico, y ni siquiera sacar un carné. Es mi forma de pensar.
Por extensión tampoco podemos calificarnos como juancarlistas. Primero porque es una contradicción capital ya que los reyes no se eligen y por consiguiente vuelvo a recurrir al símil de los padres, es lo que hay. Nos podrán parecer mas o menos altos, mas o menos guapos, mas o menos simpáticos, pero seguirán siendo igual de Rey.

Por buscar una comparación podemos pensar en nuestro jefe en el trabajo. Supongo que no nos preocupa mucho que sea alto o guapo, o incluso simpático. Siempre que sea correcto en su puesto y sepa cumplir con sus obligaciones.

Volviendo al tema tras estos símiles familiares, en resumen de este segundo punto, mi opinión es que las personas no se califican por sus ideas o preferencias. Esos calificativos se aplican a las naciones que adoptan tales sistemas políticos.

Y pasando a otro punto, a veces estos calificativos se aplican a una mayoría, inmensas mayorías como les ha dado por decir a los de los micrófonos en la boca. (Se ha llegado a decir que en un parlamento se ha aprobado una resolución por una inmensa mayoría de…pongamos por ejemplo 325 votos contra 25 ¿Dónde está la inmensidad? ¿es que acaso no han sido medidos?)

Se suele decir, “es que España no es monárquica, porque no hay tradición monárquica, la gente no conoce la monarquía” (obviamente esto referido al año 1975), …pues no señor, en el año 1975 había gente que había conocido la monarquía de don Alfonso XIII, y que también habían conocido la república de turno. Pero ¿qué tradición republicana había en 1931 para importar una forma política del estado que el que conoció con 20 años aquella nefasta y efímera primera república (que si llega a durar un poco mas no queda español que no hubiese sido su presidente), tenia como mínimo 80 años cuando se implantó fraudulentamente la segunda de la serie?

No se puede hablar de tradición en el pueblo por que conozca una cosa u otra personalmente. El conocimiento está en los libros. Y en la historia de España.

Cuando S.M. don Juan Carlos fue proclamado Rey, ciertamente muchos españoles no habían conocido una monarquía (ni tampoco una república), pues muy bien, encantado de conocerla a partir de ese momento. Pero el conocimiento existía como ya he dicho antes, en la Historia.

En resumen: España es una Monarquía porque esa es su historia, y la historia ni se cambia ni se inventa.  Y en segundo lugar, de acuerdo con esa tradición los reyes no se eligen, por consiguiente nos gusten mas o menos tiene que ser el que es.Exponiendo el texto anterior en un foro se me objetó lo siguiente

El hecho de adoptarse la monarquía como forma política del Estado, mas que una razón poderosa, basada en la Historia fue porque Franco lo dejó así escrito, y así se hizo.


Frase que en efecto yo digo en el siguiente contexto:
Y en dicha constitución se adoptó como forma política del Estado la monarquía parlamentaria (Titulo Preliminar, articulo 1.1)……………….
El hecho de adoptarse la monarquía como forma política del Estado tiene una razón poderosa, basada en la Historia.

Cuando yo digo que se adoptó la monarquía basándose en una razón histórica, me estoy refiriendo como puede verse en el contexto al momento que se adoptó en la Constitución de 1978.
En 1978, cuando se redactó la Constitución, el generalísimo Franco, después de haber cumplido sus ciclos vital e histórico, estaba muerto, y bien muerto, y lo que había dejado atado y bien atado, al parecer no lo estaba tanto.

Ciertamente Franco (y todos los millones de españoles que le secundaban, no vamos a dejarle solo para las glorias y las responsabilidades) cuando derribó el régimen republicano y estableció un nuevo estado español, no se mojó, no le dio un nombre exactamente definido. Le llamó Estado Español, que ya tenia un precedente en el establecido en Francia por el Mariscal Petain, l’État français”, que al caer la III republica, tampoco quiso utilizar otro ordinal para su régimen, quizás con objeto de no agotar los números. En definitiva, porque no debió considerar que era una republica.

Bueno, volviendo al caso español, Franco consideró que la República estaba defenestrada, pero no restauró la monarquía

Como es sabido se vivió una serie de presiones por parte de sus pares militares, que en ese momento lo eran, y por otras fuerzas políticas que lo habían ayudado, al objeto de que restaurase la monarquía. Presiones a las que se sumó Don Juan, con su conocido manifiesto de Lausana, argumentado razones para que se produjese dicho hecho. Esto como es bien sabido fue uno de los hitos del enfrentamiento entre el conde de Barcelona, y Franco

El siguiente hito, y ya tocamos el tema de la monarquía en el franquismo, fue la Ley de Sucesión de 1947. (Exactamente llamada Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado). En la misma, su articulo primero reza así:
Artículo 1.- España, como unidad política, es un Estado católico, social y representativo, que, de acuerdo con su tradición, se declara constituido en Reino

Otros artículos hablan de la constitución de un consejo del Reino, y un Consejo de Regencia, para llegar al polémico articulo 6:
Artículo 6.- En cualquier momento el Jefe del Estado podrá proponer a las Cortes la persona que estime deba ser llamada en su día a sucederle, a título de Rey o de Regente, con las condiciones exigidas por esta Ley, y podrá, asimismo, someter a la aprobación de aquéllas la revocación de la que hubiere propuesto, aunque ya hubiese sido aceptada por las Cortes.
Ante esta ley (que instauraba una monarquía electiva por el detentador de la Jefatura del Estado), Don Juan, conde de Barcelona volvió a manifestar su repulsa con un escrito que obviamente no tuvo difusión en España
Es decir que Franco había instaurado la monarquía (aunque dejaba la posibilidad de que la jefatura del Estado estuviese ocupada por una sucesiva serie de regentes, no de sangre real, que se podrían seguir sucediendo por designación de uno a otro indefinidamente). En caso de que la persona designada fuese de estirpe regia, la corona se transmitiría hereditariamente aunque las hembras no podrían reinar.

¿Supongo que no pensaréis que la actual monarquía española es la que salió de esa ley que Franco dejó escrita y firmada?

Bueno, pues tras la promulgación de esa ley, cuya existencia en España casi todo el mundo ignoraba, excepto la clase política, pasaron muchos años sin que se aplicasen los artículos de la designación del sucesor.

Entretanto (1948) Franco y Don Juan pactaban la educación de don Juan Carlos en España, en lo que aunque con diferencias es en lo único que llegaron a un acuerdo, pues don Juan, con un acertado criterio como padre y como patriota, sabía que tenia que aceptar esa baza aun corriendo el riesgo que conllevaba y que en efecto se hizo realidad.

Don Juan Carlos cursó sus estudios en España, con un régimen especial, pero sin que hubiese una definición de su estatus. Se casó, se le asignó el Palacio de la Zarzuela como residencia, siguió su estatus especial, pero Franco seguía sin aplicar el famoso articulo de la ley de Sucesión, y seguía sin enseñar las cartas

Las cartas de acuerdo con la citada ley, que marcaba las condiciones para el candidato de estirpe regia eran varias y obviamente todas descabelladas siempre que no se tratase de don Juan (bueno, corrijo lo de descabelladas: ilegitimas. Y aún la de don Juan, también era inaceptable para éste, pues consideraba que el no podía ser un rey electo)

Los posibles candidatos podían ser estos (quizás podaís añadir algún nombre más):
Don Juan, conde de Barcelona
Don Juan Carlos y su hermano don Alfonso
Don Javier de Borbón Parma
Don Carlos Hugo y su hermano Sixto
Don Jaime de Borbón y Battenberg, duque de Segovia, que no murió hasta 1975
Sus hijos don Alfonso de Borbón Dampierre y don Gonzalo

En fin cualquiera, aunque los carlistas no cumplían el requisito de tener la nacionalidad española e hicieron miles de intentos y subterfugios para obtenerla. Obviamente si Franco los hubiese querido elegir se la hubiese concedido.

Entre todos estos candidatos, quizás los que tenían mas posibilidades eran don Juan y su hijo Juan Carlos, pero obviamente esto lo decimos a toro pasado. Porque se ha dicho que Franco también acarició la idea de su yerno nieto, bueno el marido de su nieta Carmencita, don Alfonso de Borbón Dampierre, aunque ha de tenerse en cuenta que cuando se produjo la boda, 1972, ya estaba designado don Juan Carlos. Lo cual no quita que en aplicación del articulo sexto pudiese revocar su nombramiento

Bueno, pues se fue fraguando el proceso de la designación del candidato, que unos llamaron Operación Príncipe, pues don Juan Carlos era el favorito de Carrero Blanco, y de cuyas vicisitudes hay dos libros interesantes sobre el tema:
La larga marcha hacia la monarquía, de Laureano López Rodó
y La monarquía por la que yo luché, de Gil Robles

En el verano de 1969 será designado sucesor don Juan Carlos y se le otorgará el titulo de Principe de España, pero téngase muy en cuenta que ese mismo año, en la primavera ha muerto en Lausana la última reina de España, doña Victoria Eugenia, quien el año anterior había visitado España con motivo del bautizo de su bisnieto el príncipe don Felipe (bueno príncipe de Asturias hoy día, en el momento de su nacimiento no lo era). Del que doña Victoria Eugenia fue madrina de bautizo

Designado el sucesor. Crisis familiar. (un interesante tema a estudiar). Se le otorga el titulo con oscuros precedentes históricos de Príncipe de España. Se le asignan funciones como sucesor en la Jefatura del Estado, aunque con la espada de Damocles siempre pendiente sobre su cabeza, de que si no lo hacia a satisfacción del designador podía ser despedido.

Todo esto es la monarquía que había instaurado Franco (no creáis que me he ido del tema por las ramas). Don Juan Carlos asume las funciones de Jefe del Estado interinamente durante la enfermedad de Franco en 1974. Se le descarga de dicha función por el método del motorista. Se le vuelve a ofrecer cuando Franco entra en su fase final de la enfermedad. Jefatura del Estado interina y condicionada con los problemas que conllevaba…y se produce el hecho sucesorio.
Franco muere, y don Juan Carlos es proclamado Rey (Jefe del Estado), porque Franco lo dejó así escrito y así se hizo.

Pero lo que estaba atado y bien atado empezó a desatarse. Franco había promulgado una ley Constitutiva de las Cortes en 17 de julio de 1942, y obviamente las Cortes que se convocaron en 1977 no pueden considerarse que sean las mismas que las del año 1942. Herederas si, pero no las mismas. Pero sin salirme del tema de la Corona, se abre un proceso constituyente aunque no se proclamó así al convocar las Cortes. Se inicia el proceso de transición que ya califiqué anteriormente como modélico universalmente pero que tuvo muchos problemas (y repito textualmente lo dicho anteriormente) por presiones de poderes fácticos, y sobre todos por los mal nacidos de siempre que no dejaron de sembrar el camino de sangre (obviamente me refiero a los que asesinaron). Pero pese a ello, se consiguió establecer las reglas del juego, el marco jurídico constitucional.

Y de este marco jurídico constitucional, es decir la Constitución (con la trampa de no decir claramente que constituía), se adopta la monarquía, como forma política del Estado (articulo 1.3 de la Constitución)

Sobre la gestación de la Constitución, hay publicaciones que refieren las sesiones y cómo se produjeron los debates. Yo he tenido alguna en mis manos pero no tengo anotadas las referencias. En los debates se tragaron sapos y culebras. Santiago Carrillo se atragantó con los cetros y coronas, y comiéndose el morado (no el marrón) de la bandera. Todo eso lo hizo por transigir, por patriotismo (cosa que admiro) y para que otros se tragasen toda la sangre de Paracuellos que obviamente también podía ahogarlos a ellos. Ahora los comunistas, pese a esas invocaciones a la memoria, se olvidan de esto y se vuelven atrás: no queremos corona ni bandera nacional, bueno, pues volvamos todos atrás y si ellos no aceptan la parte de su compromiso, tampoco los demás queremos ceder lo que se concedió en el trueque y que se vuelvan a esconder en las cloacas de la clandestinidad.
En general casi todos los partidos politicos se comportaron correctamente transigiendo en la transicion.

Pero entonces, para los que vivieron aquella época, reinó la armonía. Ahora que recurrimos a las canciones retro, fue la época de la canción del Grupo Jarcha, “libertad sin ira”

Y de este consenso, con obvias tiranteces, es de donde nace el espaldarazo a la Monarquía. Que era un hecho consumado, cierto. Pero no hubiera valido si no hubiese tenido dicho respaldo, y obviamente la Monarquía que nace de la Constitución no era ni con mucho la que había instaurado Franco. Al rey se le recortan ciertos poderes, que lógicamente como rey constitucional no debe de tener, pero que marca la diferencia de que no era el rey de Franco.

Otro problema que se planteó es que si en efecto se restauraba la monarquía (en este caso yo considero que ya hay que hablar de restauración), el rey debería de ser don Juan. Pero el conde de Barcelona, muy sabiamente y con gran sentido del deber y del patriotismo, en el año anterior, había abdicado sus derechos en su hijo, cuando consideró que la monarquía que había empezado a rodar, y que iba a ser respaldada por la Constitución, no era la de Franco. Obviamente plantear sus derechos hubiese sido un grave problema, pero el hecho de renunciar a los mismos es un gesto que creo que todavía los españoles no han sabido valorar en su justo valor. Pero ahí queda la HISTORIA, esa señora que con frecuencia evoco, y que además de marcar pautas de comportamiento sacadas de sus archivos, encima nos juzga a posteriori. Es como una providencia laica.

La Constitución española de 1978, en la que obviamente el generalísimo Franco no participó, dice en su artículo 57.1:
La corona de España es hereditaria en los sucesores de S.M. don Juan Carlos I de Borbón, legitimo heredero de la dinastía histórica…

Es decir que con esto se restauraba la monarquía histórica, designando como detentador de la Corona a don Juan Carlos, que desde el año anterior, por renuncia de su padre, era el legitimo heredero de la dinastía histórica

Después de todo lo dicho, quiero resaltar que esto que estamos tratando es el debate Instauración- Restauración. Yo dije que la Monarquía fue restaurada (razón poderosa basada en la historia…), y se me ha corregido diciendo que fue Franco el que lo dejó escrito.

Ciertamente Franco instauró una monarquía muy sui generis, pero con los dos hechos históricos de la renuncia de don Juan a sus derechos, y la promulgación de la Constitución, se procede a una Restauración de la Monarquía histórica (razón basada en la historia)



Para esclarecer un poco más lo expuesto, a continuación adjunto un texto sacado del reciente libro que ha publicado Carlos Sentís: Seis generacions de Borbones y un cronista. En el último capitulo le hace una entrevista a Marcelino Oreja y en ella entre otras cosas exponen los siguiente
(para los no españoles aclaro que Marcelino Oreja es un politico, que de 1976 a 1980 fue ministro de Asuntos Exteriores, y luego ha trabajado en el Consejo de Europa)

(la cursiva es mía)

Marcelino Oreja:…En un momento tan delicado como aquél y en ese escenario (discurso ante las Cortes el 22 de noviembre de 1975), en presencia de toda la representación del régimen anterior, don Juan Carlos tuvo tuvo la oportunidad y el valor de hacer un discurso que miraba hacia el futuro y apuntaba ya los cambios que habían de producirse, eso sí, desde la ley y a través de la ley a una nueva ley que sería la Constitución, como dijo Torcuato Fernández Miranda. Yo creo, que toda la transición está impresa por esa idea de que era necesario un cambio radical, una transformación del régimen autoritario a un nuevo régimen democrático, pero yendo de la ley a la ley, desde el respeto a las leyes existentes a unas nuevas leyes en que la soberanía reside en el pueblo. En este sentido me parece también necesario recordar ahora que a la muerte de Franco estaba ya establecida la legalidad con un sistema monarquico y estaba designada la persona que iba a ocupar el trono. De no haber sido así, las cosas hubieran sido mucho más difíciles. Y el rey asumió su papel desde el primer momento con respeto a la situación anterior, pero también con determinación para introducir los cambios que la nueva circunstancia exigía. Y lo hizo con prudencia, sin trauma alguno, preparando el futuro que tendría sus puntos culminantes en la ley de reforma política primero y en la Constitución después y por supuesto más tarde, en un momento excepcional como fue la noche critica del 23 F. Pero en todo caso lo que quiero destacar es cómo el rey asume todos los poderes del anterior jefe del Estado y con gran prudencia deja de ejercerlos hasta que la Constitución, le reconoce los poderes que corresponden a un rey constitucional.
…………………………………………….
Carlos Sentís: Hablando de la Comunidad Europea, fui durante años corres­ponsal en Europa y vi la España monárquica desde un observa­torio privilegiado. Mucha gente cree que la monarquía es una institución anticuada y anacrónica. Sin embargo, pienso que existen formas y gestos antiguos y formas modernas. Quisiera subrayar el hecho de que en Juan Carlos no hay maneras anti­guas, no hay corte, ni ambiente palaciego, ni palacio... Por tanto, su monarquía se asemeja a las escandinavas. Es una monarquía popular, llamada a veces república coronada. Y aunque algunos crean que la Unión Europea, que es tan moderna, no encaja con la monarquía, yo más bien opino lo contrario.

Marcelino Oreja: Yo creo, en primer lugar, que el rey ha roto un molde de lo que algunos imaginaban que podía ser la monarquía en España.
Ha ido creando las bases de una institución restaurada que res­pondiera a la España de su tiempo. La monarquía en 1931 había atravesado muchas dificultades y traumas a lo largo del primer tercio del siglo xx. El rey Juan Carlos no utilizó referencias ante­riores, sino que desde el ideal monárquico buscó, con el respaldo de las fuerzas políticas, aunar a los españoles ejerciendo un poder moderador.
Recuerdo al respecto el discurso de Luis Gómez Llorente en nombre del Partido Socialista, para mante­ner su voto particular ante la Comisión de Asuntos Constitucionales, a favor de la República, en donde afirmó al final de su exposición: «Si democráticamente se establece la monarquía, en tanto sea constitucional, nos consideramos compatibles con ella». La función de la monarquía es precisamente el ejercicio de ese poder moderado. De no haberse restaurado una monarquía, la transición hubiera sido diferente, mucho más difícil, porque el rey facilitó enormemente el cambio del que él fue la clave del arco de la operación. Y fue una gran sorpresa, especialmente en el extranjero, porque no se entendía que pudiera restaurarse una monarquía en pleno siglo xx. Se entendía que viejas monarquías pudieran subsistir, pero no que se restaurara una monarquía des­pués de tanto tiempo y sobre todo después de acontecimientos como una república, una guerra civil y una dictadura. Era algo impensable, que sin embargo se comprendió fuera de nuestras fronteras en cuanto se vieron los primeros pasos del rey, su apro­ximación a la realidad de su tiempo, su relación con las fuerzas sociales y políticas, tanto nacionales como internacionales. Tuve el honor de acompañarle a sus primeros viajes de Estado, en que recorrió buena parte de Europa, África, América, además de China y Japón. Pero sobre todo quiso visitar la América His­pana. El rey es un gran americanista. A lo largo de los años ha asistido a muchas transiciones de poder en aquel continente y ha participado en todas las cumbres iberoamericanas y eso le da mu­cha autoridad y le proporciona mucho conocimiento.


Cuando digo que la Monarquía es la historia de España, obviamente estoy empleando una figura retórica, no es una fórmula matemática, pero con ello quiero decir que la Historia de España está basada no mayoritariamente, sino totalmente en la historia de sus reyes, y del hecho monárquico, de tal forma, que si sacásemos, de ese gran libro de historia que es la de España, la historia de sus reyes, todo el armazón se nos vendría abajo y solo nos quedaría el papel en el que estaba envuelto el libro.

Pero para no volver a caer en retórica pondré un ejemplo: si pretendemos hacer un trabajo por ejemplo sobre la desamortización en la Historia de España, pues obviamente nos ceñiremos a un periodo histórico muy concreto del siglo XIX, y todo el resto no aparecerá en el mismo, poco tendríamos que hablar de los Reyes Católicos, o de cualquier otro periodo. Si el motivo del trabajo es la República, también se concretaría en el tiempo, bastante reducido. Incluso el hecho americano, de tanta importancia no aparece hasta finales del siglo XV y al principio de XIX desaparecerá quedando el pequeño vestigio de las Antillas que se desvanecerá totalmente al finar dicho siglo. Como estos podríamos tomar muchos ejemplos. Pero si nuestro trabajo es sobre la Monarquía y la historia de España, el vinculo es tan potente que recorreríamos toda la historia desde el momento que aparece el concepto de nación española, aunque ciertamente en un principio sean varios los reinos asentados en la Península, pero obviamente monarquías. La historia de Aragón y sus reyes es la historia de España, la de Castilla, Navarra, etc. Y en todos los aconteceres históricos estará presente la sombra de la Corona. Yo creo que particularmente podríamos hacer este ejercicio, pero si se obstinan en discutirlo pondría miles de ejemplos…las guerras de Italia del Gran Capitán. Hace la guerra por su cuenta, pero por encima está la sombra del rey Fernando, que en su momento aparecerá en escena.

Cristóbal Colón se embarca en sus barquitos y va a hacer las Américas o a encontrarlas, pero arranca de su relación con los reyes, es la corona quien le patrocina el viaje. Cuando regresa va a darle cuenta de sus descubrimientos. Lo hemos visto hasta en el cine, versión vulgarizada de la Historia. En una película sobre Colon tiene que haber una actriz que haga el papel de la reina Isabel la Católica.
Difícilmente podríamos hacer un trabajo de historia sobre España, sin mencionar a alguno de sus reyes (me refiero a reyes de España, o reyes españoles, es decir de Castilla, Aragón, etc. también)

Se me ha objetado que si en un principio la historia de España se basaba en lo Reyes, a partir del siglo XVIII los politicos empiezan a desempeñar cargos importantes y soportan este protagonismo.
Los políticos siempre desempeñaron cargos a lo largo de la historia de España y tuvieron protagonismo. Felipe II, en el siglo XVI está rodeado de políticos. El gran duque de Alba ejerce un papel político, el príncipe de Eboli también, así como todos los secretarios del rey aunque no fuesen del estamento nobiliario.
El conde duque de Olivares, el duque de Lerma, el duque de Uceda…el duque de Osuna, virrey de Nápoles y Sicilia. Si nos vamos atrás en el tiempo también los encontraremos, don Álvaro de Luna, en fin, cada uno puede abrir su manual de historia y no es necesario que os copie el mío. ¿Que el papel de los Reyes era indiscutible y los políticos no pintaban nada?, bueno, eso también es muy discutible. La autoridad de Fernando II de Aragón sobre el reino de Castilla a la muerte de Isabel será puesta en entredicho por un grupo grande de nobles, cuya influencia competía con la del Rey.
Políticos fueron todos los virreyes y gobernadores de los territorios de la Corona, tanto en América, como en los Países Bajos y en Italia. Su papel era fundamental pero vuelvo al tema recurrente. No se puede hablar de la guerra de Flandes, con sus gobernadores, algunos de ellos de sangre real, sin hablar de Felipe II o Felipe III.

Eso es así y yo no lo he inventado, solamente lo que hago es constatar el hecho histórico. Y eso ocurre en otros países también. Y ponía el ejemplo de Francia. Y vuelvo a repetir lo mismo. Un día inventa la Revolución. Y para basar ese nuevo régimen quiere romper con todo lo anterior porque le molesta. No es un progreso, es un salto en el vacío. Termina con los reyes asesinándolos, porque nadie que tenga el mínimo concepto de la justicia puede decir que el juicio a Luis XVI tenia algo de garantías jurídicas, lo mismo que el de la reina Maria Antonieta, y al niño que dejan morir en la prisión con 10 años. ¿Que delito pudo cometer a esa edad?. Encima se le acusa a la reina de practicar el incesto con su hijo, cosa que supongo que hoy día avergonzará a los franceses. Y no solo se mata a los vivos, sino que se asesina también a los muertos. El sacrilegio que se comete en la basílica de Saint Denis es inconcebible y casi increíble, y no por una panda de incontrolados, sino que con ordenes del gobierno (¡que gobierno¡). Se profanan los restos hasta del rey Dagoberto.

Pero el problema francés es que hoy día consideran que su régimen está basado en los principios de la Revolución. Y no reniegan de su error. Y se encuentran que tienen una historia incomoda, llena de reyes que hicieron la Francia, como dice Georges Bordonove en la serie de biografías de todos los reyes de Francia. Y no saben como solucionar el problema para culpabilizar a todos, de que si la revolución tuvo lugar, fue debido a que a lo largo de la historia hubo una serie de señores que fueron acumulando una serie de males hasta que estalló la revolución redentora y Francia se convirtió en una república.

Pero claro, estos nefastos personajes coronados son precisamente los que hicieron la Francia que llegó a finales del siglo XVIII siendo una gran potencia. Y entre ellos había un santo (San Luis), ¿qué hacemos con él? ¿Lo acusamos también de vividor y crápula?Y entonces se encuentran con un dilema que todavía no han resuelto. ¿Cual es la historia de Francia?. Dios creó el mundo, y al octavo día creó la revolución y nace Francia. ¿Y antes qué?

Hay un libro que trata el problema de la enseñanza de la Historia en Francia, por estas razones que he expuesto anteriormente: "Les Rois de France. Enfants cheris de la Republique"
Autor : Claude Lelievre
Editorial Bartillat/Paris/1999

Cierto es que la Revolución aportó una serie de avances. Yo no voy a discutir las ventajas de los principios democráticos. La separación de poderes (aunque para algunos Montesquieu ya ha muerto). La soberanía nacional (aunque ahora ya parece que ha quedado caduco este principio y se piensa que la soberanía es individual o tribal), etc. Pero lo que si discuto es que esto se lograse de una forma tan traumática y tan sangrienta. Gran Bretaña consiguió dichos avances sin llegar a esos baños de sangre. Y los demás países habrían podido hacer lo mismo, ese es el progreso, ir hacia delante, pero no revolverlo todo y volver a la caverna.

Pero alguien para justificar la Revolucion francesa dice:
“mientras sus maravillosos reyes y nobles, vivían entre su boato, palacios, etc., ellos se morían de hambre, vivían miserablemente, y el país estaba desangrado por las guerras y las malas cosechas. No es de extrañar que al final los pobres franceses hiciesen algo así.”
Eso es una visión muy sesgada de la historia. Primeramente la revolución francesa no la hicieron esos descamisados que aparecen en las películas con las picas y guadañas buscando cabezas que ensartar. No creo que Robespierre fuese un muerto de hambre que tuviese que matar a un orondo duque para…¿comérselo?
Ese mensaje es muy peligroso porque hoy día hay también muchas diferencias sociales y económicas pese a los bellos postulados de la Revolución
¿Y que se hace? Matar al que come para comérnoslo?. Ese argumento es el que está empleándose para justificar a los asesinos del quinto mundo, o del quinto infierno. Matan en los países desarrollados porque viven bien. Y se llevan por delante a un montón de trabajadores que se están ganando la vida con su trabajo diario. En Nueva York o en Madrid, o en cualquier parte del mundo que ocurra. El hambre no justifica el crimen. Ni ahora, ni en 1789. ¿el boato? ¿es que M. le President no hace alarde de boato cuando se pasea bien escoltado por los regimientos de la Guardia Republicana? ¿y es que no vive en un palacio? ¿es que en Francia no hay pobres? ¿o clochards?¿Para qué entonces esa revolución? ¿para terminar coronando a un revolucionario con una corona imperial, haciendo un remedo de las monarquías? Y empezar a repartir ducados entre sus parientes mas próximos?

El nacimiento de la república en Francia, una nación como he dicho ligada a lo largo de su historia a la monarquía no tiene un arraigo histórico. Actualmente se agarran a ese origen reciente, y curiosamente celebraron el bicentenario con gran regocijo, como si fuese el nacimiento de Francia. Yo tuve la vergüenza de asistir a la proyección de unos filmes realizados sobre la revolución con ocasión del bicentenario y que fueron proyectados en versión original y para invitados en el cine Palafox. Se trataba de dos películas, de una duración aproximada de 6 (seis) horas, dirigidas por Robert Enrico y Richard Heffron, que luego no fueron estrenadas en España en sesiones comerciales, tan solo hicieron un resumen de dos horas que ha sido pasado por la televisión. Bueno, pues entre el publico mayoritariamente francófono, pues el acto lo patrocinaba la embajada francesa y Air France, me sentí avergonzado cuando en el momento del asesinato del rey Luis XVI, algunos facinerosos empezaron a aplaudir, aunque hubo otros que los abuchearon y gritaron Vive le Roi. Verdaderamente vergonzoso que esto ocurriera 200 años después de los hechos ocurridos, y que no solo no hayan utilizado el tiempo pasado para arrepentirse, sino que alardean de su crimen histórico.

Y por eso digo que es un estigma. Un castigo que arrastrarán a lo largo de los tiempos. Además la república nacida de la revolución, como sabemos, fue efímera. Primero por la traición a la misma de Napoleón creando una monarquía muy sui generis. Después como sabemos hubo una restauración borbónica y una monarquía burguesa en la que el rey ya no era tan absoluto. Luis Felipe fue rey de los franceses, y su bandera la tricolor. Tampoco sirvió. Otra intentona. Segundo Imperio. Tampoco vale. Y es sabido que a finales del siglo XIX hubo intentos de una nueva restauración. Y por ultimo también se lo planteó el general De Gaulle como sucesión a su régimen, la V República. Porque eso si, un rey se echa y se acabó, pero las repúblicas se suceden a si mismas y hasta que no se acaben los números ordinales no se terminarán.

Decía anteriormente: Se respira monarquía (en Francia) en su historia, en el nombre de sus ciudades, de sus regiones, de sus unidades militares, de los símbolos e insignias de sus regimientos.
En cuanto a las denominaciones de algunos regimientos militares, curiosamente siendo paracaidistas, entroncan con sus antiguas denominaciones como regimientos de húsares. Verbigracia: el Regimiento de Húsares Paracaidistas de Tarbes

Recuerdo que la II República española quiso cortar con el historial de todos los regimientos militares y les quitó sus gloriosos nombres dejándoles solamente un numero para identificarlos.
No quitó solamente los nombres relacionados con la familia real, Regimiento del Rey, de la Reina, del Príncipe, de la Princesa, de Borbón, sino también los que hacían mención a gestas de las unidades militares y de la historia de España. Pavía, Flandes, Sicilia, América, Lepanto, Covadonga, Villaviciosa, Almansa, Nápoles, Saboya…y un largo etcétera.

Y abundando en el tema militar, por aquello de que los ejércitos son garantes de la historia patria, los franceses, si tienen ese merito que he apuntado anteriormente, cometieron el grave error de cercenar su patrimonio histórico destruyendo todas las banderas de las unidades militares anteriores a la república. En el museo de los Inválidos no encontrareis ninguna bandera anterior a la revolución, fueron destruidas. Quizás se salvaron de esa ignominia las banderas que cayeron en poder de otras naciones en combate (pues aun enemigos en el campo de batalla se tenían un respeto a los símbolos). Pero las que tenia España, bien se preocuparon en el saqueo que practicaron cuando vinieron a visitarnos las tropas napoleónicas, de llevárselas. Supongo que también irían a la hoguera. También se llevaron la espada que Francisco I había rendido en Pavía (no sé para que querrán la espada de un rey por muy francés que fuese, aunque la excusa puede ser que fue en tiempo de Napoleón, el aprendiz de rey). Lo considerarían una recuperación, aunque no creo que eso fuese aplicable a los cálices de la catedral de Córdoba y los saqueos de tumbas para lo cual ya venían bien entrenados. En compensación nos dejaron las ideas revolucionarias que iban exportando por Europa a golpe de sablazo, entre ellas esa tan pintoresca de profanación de tumbas e iglesias, que cuando empezamos nuestras andaduras progresistas comenzamos a practicar en casa para ver si habíamos aprendido bien la lección

No quiero dar la impresión de tener animadversión a los franceses. Es un país que me encanta. Solamente quiero remarcar ese error histórico de romper con su historia para basar su régimen político en algo tan contradictorio a su esencia, como es la república.

Se me objeta también a lo expuesto anteriormente que:
“Y un país no debe ser monárquico porque siempre haya sido gobernado por reyes, una cosa no tiene porque seguir siendo siempre igual, se debe cambiar, siempre hay que progresar, si no cambiásemos la humanidad nunca hubiese progresado, y estaríamos estancados en la Prehistoria.”
Ciertamente las cosas no siempre deben ser iguales, yo también creo en el progreso, no en el regreso. La progresía esa palabra tan bonita ahora, que se dice cuando no se sabe qué decir, como el “superkalifragilistico espialidoso” de Mary Poppins, resulta que no se ha inventado ahora, ya existía hace bastante tiempo (habrá que mirar su fecha de caducidad no sea que nos apuntemos a ella y ya esté obsoleta, perdón caducada, el término obsoleto lo emplearé después). Concretando, si la palabra progreso según el diccionario de la RAE viene del latin progressus, y significa acción de ir hacia delante, fijaos si es antigua, tanto como el andar “palante”, que diría un castizo.

Una de las cosas que nos hace progresar es la ciencia, la tecnología. Que mayor maravilla que ésta de estar comunicándonos a miles de kilómetros uno de otros por medio de este gran progreso que es el Internet. Y cuando cierre el ordenador, coger un avión y plantarme en París o Londres en unas dos horas aproximadamente. Eso es progreso, y como esos ejemplos puedo poner cincuenta mil más.
Pero lo que no es progreso es considerar que hay instituciones que tienen un plazo de caducidad, y pasado el cual se vuelven obsoletas. La familia no la hemos inventado ahora, lleva instituida miles de años, bueno pues nos tiene que seguir sirviendo. Obviamente las relaciones familiares no son iguales que las de hace un siglo, o hace quince. Quizás en una época de nuestra vida nos pese un poco y queramos romper las cadenas, pero luego formamos nuestra propia familia, y pretendemos restablecer el enlace con nuestros ancestros. Ha habido intentos de romperla, por ese progresismo que entonces se llamaba comunismo.

Estoy hablando de la U.R.S.S, de la que obviamente voy a tratar con mayor abundamiento cuando hablemos de la monarquía. No se van a ir de papitos. Bueno pues ahí está el resultado. La URSS ha caducado, y la familia sigue vigente. Me he extendido un poco con la familia, para demostrar que una institución por muy antigua que sea no quiere decir que por eso sea obsoleta.

Voy a poner mas ejemplos aunque estos solo los apuntaré. Creo que no es necesario explicitarlos pero si se me requiere no tengo inconveniente en ello.

Instituciones milenarias no caducadas, con total vigencia: Ejércitos. Ya los griegos, y antes otros pueblos, asirios, caldeos…(en fin, abramos nuestro manual de historia universal por donde queramos), tenían ejércitos. Bueno pues ahí siguen. Obviamente son diferentes a las legiones romanas o las falanges griegas. También los ejércitos progresan. Pero no caducan. No están obsoletos. Ah! Y la repúblicas también tienen ejércitos, y no digamos aquella que encima no solo era una república sino una unión de repúblicas.

El Estado…pues tampoco ha caducado. Bien que también los progre de la época, los anarquistas, elucubraron que se podía vivir sin estado. Pero caducó su forma de pensar…bueno, alguno quedará. Pero lo cierto es que todas las naciones tienen sus estados. Algunos de ellos republicas ciertamente. Pero ahí está el Estado como institución no caducada por obsoleta

La Hacienda publica, los impuestos. Bien quisiéramos todos que hubiesen caducado, porque también es un poco antiguo esto de pagar impuestos. Recordemos lo de dar al Cesar lo que es del Cesar, etc. Pues nada. Sigue vigente y obviamente así debe ser pues si no quien va a pagar las carreteras (es un verbigracia, hay miles)

En fin no quiero aburrir con más ejemplo para hacer evidente que una institución por muy antigua que sea, y por mucho que progrese la humanidad no tiene porqué ser obsoleta, pues precisamente ese progreso también lo van a efectuar dichas instituciones.

Y la Monarquía es una de esas instituciones milenarias, que se mantiene, que obviamente ha evolucionado, o progresado. No es lo mismo el rey don Pelayo, que Felipe II, que Carlos III, y obviamente que don Juan Carlos I.

Y si se me dice:
“Y un pais no debe ser monárquico porque siempre haya sido gobernado por reyes”. Pues precisamente ahí está la clave de la evolución de la institución. El país es monárquico, la forma política del Estado es la Monarquía parlamentaria, pero ahora los reyes no gobiernan. Algo a cambiado ¿no?

¡Ah! Por cierto. La república no se inventó antes de ayer. Incluso Roma antes de ser Imperio fue una República. Y el largo etcétera que nos ofrece la historia, que vuelvo a repetir que está en los libros Resumiendo: que las instituciones no tienen fecha de caducidad como los yogures. Y obviamente están sujetas a evolución o progreso (a mí también se me llena la boca con esta palabra, que no es privativa de nadie), sin necesidad de que desaparezcan para cambiarlas por otra, que quizás sea mas rancia y obviamente menos significativa para el país del que tratemos.

Y también se objeta:
“Un país debe ser a imagen y semejanza de sus habitantes, no de sus antiguas costumbres, o tradiciones obsoletas.”
Bueno, lo de las tradiciones obsoletas ya lo he contestado. Pero lo de que debe ser a imagen y semejanza de sus habitantes…pues no.
Un país, o mejor dicho una Nación es un conjunto de tradiciones, que forman lo que es la cultura de esa nación. Es su Historia, es su territorio, es su cultura artística que observamos cuando miramos en nuestro derredor, ese castillo cuyas piedras aun resisten al paso del tiempo y sigue dominando el paisaje. Esa casona de campo, esa catedral que se alza hacia el cielo y que nos habla de una historia y de unas creencias ancestrales, vayamos o no a misa. Es su idioma, o sus idiomas, su literatura, todas las expresiones de la cultura. Idioma original o importado. En España la lengua latina nos fue traída de fuera, así como en Hispanoamérica también recibieron de fuera el legado de la lengua española. Es su territorio, obviamente cargado de historia, que se ha ido conformando a lo largo de siglos.

Y son sus habitantes, sus naturales…pero, atención, no solamente la generación que en el momento que nos ocupa lo está ocupando, valga la redundancia. Somos nosotros, nuestros ancestros y los que vienen después. Y ahora voy a decir algo muy fuerte: ninguna generación, NINGUNA, tiene el derecho de enajenar el patrimonio que hereda y que debe transmitir a sus descendientes.
No podemos dividirnos el territorio entre todos, y el que venga detrás que arree, y no podemos cargarnos las instituciones para estar a la moda…de Paris. Es lo que podemos llamar el LEGADO, politico, cultural e histórico. Nosotros lo recibimos, lo administramos, lo debemos engrandecer, y después cederlo, legarlo a las generaciones futuras.

Las naciones se han conformado con unas razones históricas, entre las cuales en su día estaba el derecho de conquista, pero obviamente evolucionando se ha llegado a un estatus que no se puede alterar caprichosamente. Granada es España, y Buenos Aires es Argentina. Y ahora es impensable pensar que me devuelvas esto que era mío y yo te doy aquello o lo que sea.
Ciertamente que hay litigios de fronteras en el mundo, y que deben resolverse. Pero las naciones que se han consolidado a lo largo de la historia no pueden estar a los vaivenes de las modas que quieran implantar unos y otros. He recurrido nuevamente al patrimonio territorial. Pero solamente lo quería poner como ejemplo para exponer que al igual que el territorio las instituciones, y en este caso la Corona, no pueden estar sujetas a los citados vaivenes.

Obviamente lo han estado a lo largo de la historia, pero precisamente la normalidad es que vuelvan a su estado estable y en él permanezcan. Sin ir mas lejos me remonto al siglo XIX español, cuando los políticos no sabiendo resolver los problemas pensaron que el problema era la Reina Isabel II y la destronaron. Se inventaron todas las formas políticas del estado hasta que al final hubo que recurrir a lo que era lo tradicional y lo congruente: la Monarquía Borbónica. Y algo parecido pasó en el siglo XX.

Trataré mas adelante el declive de todas las Monarquías europeas que existían al principio del siglo XX y se convirtieron en repúblicas "progresistas" por diferentes causas, y así les fue a algunas de ellas.

Pacto de la Bandera y de la Corona

Pacto de la Bandera.
Extracto del libro:
HISTORIA OCULTA DE PCE
JOAN ESTRUCH
Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 2000
(pag 238 y anteriores


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Para tratar esa cuestión al más alto nivel, el 28 de febrero (de 1977) Carrillo y Suárez se entrevistaron en secreto en el chalé de José Mario Armero. …………
……………………………………..
A esa base de conveniencias recíprocas se sumó la rápida sintonía que se produjo entre Suárez y Carrillo, que conversaron y fumaron de manera distendida durante más de cinco horas. Carrillo contaría con satisfacción que Suárez le había dicho: «En este país hay dos políticos: usted y yo.»
En esencia, llegaron a un acuerdo: el gobierno estaba dispuesto a afrontar la oposición del Ejército y legalizar al PCE antes de las elecciones de junio, pero el PCE tendría que comprometerse públicamente a respetar la monarquía y la unidad de España, además de desmarcarse de manera definitiva de la obediencia soviética. No fue un acuerdo puntual y aislado, sino el inicio de la larga colaboración política que ambos líderes establecieron durante la transición, creando una pinza para atenazar al PSOE. Una de las primeras manifestaciones de este tácito acuerdo se producirá en marzo, cuando Carrillo intervenga en la polémica sobre si Suárez podía presentarse a las elecciones. El líder comunista será el unico que se manifieste a favor, argumentando que Suárez sería «un freno al continuismo».

………….
El PCE, por su parte, cumplió su parte del pacto. De momento, dio consignas a su militancia para que expresara su alegría de manera discreta, evitando provocar a los ultras. El 14 de abril. Justamente en el aniversario de la República. Carrillo reunió el Comité Central en un hotel de Madrid. Era la primera vez, desde la guerra civil, que se reunía en España, y además legalmente, protegido por un fuerte dispositivo policial destinado a prevenir ataques ultras. Las sesiones estaban destinadas a aprobar el programa electoral y las candidaturas del partido de cara a las inminentes elecciones. Pero Carrillo pidió la palabra para tratar una «cuestión previa». Con voz solemne trazó una dramática descripción de la situación del país: era gravísima, y en cuestión de horas podía decantarse hacia la democracia o hacia la involución. Cuando todos estaban expectantes, con el alma en vilo, soltó la bomba: el PCE había de renunciar a la bandera republicana y aceptar la bandera monárquico-franquista, como símbolo de la monarquía y de la unidad de España. Si el PCE era legal, tenía que aceptar los símbolos institucionales de la legalidad. Y, además, la decisión tenía que tomarse ya, de inmediato.

El impacto fue tremendo. Enseguida comenzó una apasionada discusión: los que se oponían al cambio alegaban que una cuestión tan importante requería tiempo suficiente para consultar a las bases. Cuando comenzaba a abrirse paso la idea de posponer la decisión, Carrillo se impuso y dijo que había que votar allí mismo, sin dilación ninguna. Entre los gritos y las lágrimas de algunos, se pasó a la votación, y una amplia mayoría, haciendo de tripas corazón, aprobó el cambio de bandera. Carrillo había cuidado al máximo la puesta en escena para lograr que el cambio de bandera se interpretara como un sacrificio imprescindible para salvar el país de un golpe neofranquista. Hubo, a pesar de todo, once abstenciones, en su mayoría de vascos y catalanes, conscientes de los problemas que les acarrearía ostentar la bandera en Euskadi o Cataluña.
Nada más proclamarse el resultado, Carrillo hizo un gesto con la mano y de detrás de las cortinas apareció una bandera monárquica junto a la roja con la hoz y el martillo. Rápidamente se retiró la republicana, que hasta entonces había presidido las reuniones del partido. Éste fue el decorado de la rueda de prensa que se realizó a continuación. Aunque Carrillo lo tenía todo preparado, sólo algunos de sus más directos colaboradores sabían que aquel golpe teatral no era consecuencia de ningún suceso de última hora, sino la aplicación del pacto que él había establecido con Suárez unos meses antes. El presidente del gobierno se había tenido que enfrentar a los militares, y ahora exigía a Carrillo que cumpliera su parte. Por eso Armero, su enlace, estuvo aguardando en la cafetería del Hotel Meliá, cercana al lugar donde estaba reunido el Comité Central. Cuando Jaime Ballesteros salió de la reunión para comunicarle el resultado de la votación, Armero telefoneó de inmediato a Suárez, que pudo respirar tranquilo. Aquel mismo día convocó las elecciones generales para el 15 de junio. A partir de entonces, los comunistas se mostrarán muy escrupulosos en el cumplimiento del pacto de las banderas. En sus mítines, el servicio de orden impedirá, usando incluso la violencia, la presencia de banderas republicanas. En cambio, el PSOE continuará proclamándose republicano hasta el debate constitucional.
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Fin de la cita
¿Dónde la memoria histórica? ¿Ya no se acuerdan de ésto? Pues la contraprestación del pacto era la salida de las cloacas del PC. ¿deben los otros inclumplir su parte tambien?

lunes, 1 de octubre de 2007

La democratiquísima segunda república

Jefe del Estado por elección

Nadie en sus cabales puede decir que España no es un régimen democrático con una institución modélica como es la Monarquía. Sin embargo hay quien argumenta que no es una democracia perfecta porque los españoles no eligen al Jefe del Estado, y éste les viene impuesto por el nacimiento dentro de los miembros de una determinada familia

Argumento falaz. Los españoles han elegido democráticamente el sistema de elección del Jefe del Estado, decantándose por una Monarquía hereditaria, con lo cual la designación del sucesor y futuro jefe del Estado se hace en el seno de una familia, la familia real, y de acuerdo a unas disposiciones que están reguladas en la Constitución. Todo esto ha sido votado y aprobado por los electores españoles

Artículo 57
1. La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón, legitimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al mas remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de mas edad a la de menos.

Esto es democracia, es lo que ha sido elegido por los españoles: el sistema o mecanismo de la sucesión


No es menos democrático que el sistema tan ideal que añoran aquellos que ni siquiera lo conocieron de elegir al presidente de la felizmente extinta segunda republica:

Art. 68. El Presidente de la República será elegido conjuntamente por las Cortes y un número de compromisarios igual al de diputados.
Los Compromisarios serán elegidos por sufragio universal, igual, directo y secreto, conforme al procedimiento que determine la ley. Al Tribunal de Garantías Constitucionales corresponde el examen y aprobación de los poderes de los compromisarios.

Tampoco el elector tenía posibilidad de elegir al presidente, sino a sus diputados en Cortes y a los compromisarios para la ocasión

Por consiguiente una cosa por otra, yo elijo el sistema, y este se encarga de designar al jefe del estado

Pero aún hay otra queja pendiente: en una Monarquía no todos los españoles son iguales ante la ley, pues no todos, o mejor dicho casi ninguno, tiene la posibilidad de acceder a la Jefatura del Estado.

Otra falacia. En la felicísima segunda republica, tampoco todos los españoles tenían esta posibilidad. Independientemente de que por razones obvias muchísimas personas quedaban sin ninguna posibilidad de acceder a ser elegible, la misma Constitución, excluía a una serie de personas seguramente por considerarlos españoles de tercera categoría

Art. 69. Sólo serán elegibles para la Presidencia de la República los ciudadanos españoles mayores de cuarenta años que se hallen en el pleno goce de sus derechos civiles y políticos.
Art. 70. No podrán ser elegibles ni tampoco propuestos para candidatos:
a) Los militares en activo o en la reserva, ni los retirados que no lleven diez años, cuando menos, en dicha situación
b) Los eclesiásticos, los ministros de las varias confesiones y los religiosos profesos.
c) Los miembros de las familias reinantes o ex reinantes de cualquier país, sea cual fuere el grado de parentesco que les una con el jefe de las mismas.


¿Por qué esa discriminación? ¿Dónde está la igualdad democrática?
La saña contra el Ejército y la Iglesia es curiosísima. Contra los primeros me hubiese parecido bien que hubiesen legislado que los militares no podían se elegibles con sus tanques y cañones incluidos, o sea que solo podían serlo personalmente, pero lo de los retirados es de risa, o de pena. Si un militar se retiraba a los 65 años, solo cuando iba a entrar en el límite de su ancianidad era posible candidato. ¿y el retirado voluntario y precozmente?, un fallo. Diez años después todavía podía conservar amigos militares en activo. ¡que peligro!

Y con lo de las familias reinantes, reinadas, o por reinar…sea cual fuere el grado de parentesco que les una con el jefe de las mismas…
Supongo que cuando se hizo la Constitución de la Republica de 1931 (ésa también decía lo que constituía), habría algún genealogista entre los constituyentes. Por lo menos todavía no habían eliminado a los que tenían relación con la nobleza e iban a misa.
Pues si no lo había, hoy los hay, y me gustaría que los que defienden esa anacrónica y sectaria constitución expliquen como iban a negar el derecho de igualdad ante la ley a miles de españoles que estaban emparentados con las familias reinantes o exreinantes… cualquiera que fuera el grado de parentesco. Por ejemplo de las Casas Reales de Asturias, o mas próximas en el tiempo de la de Borgoña o Trastámara, descienden miles y miles de personas que algunas llevan los apellidos: Castro, Meneses, Acuña, Mendoza, Álvarez de Toledo, Velasco, Borja, Noroña, Barroso, Enríquez, Pimentel, Téllez Girón, etc., ah, y los que descienden de la pata del Cid también excluidos pues el Cid también estaba emparentado. ¿quieren que les saque la lista de los excluidos? ¿o acaso terminaría antes sacando la lista de los elegibles porque me parece que no todos los españoles no incluidos en el extenso cuadro de exclusiones iba a tener ni la más remota posibilidad de acceder a candidato elegible? Ya sabemos quienes, lo de la trinca y uno mas, o sea la mal llamada clase politica. Ya estamos con el clasismo en una republica democrática y de trabajadores (ah, y de trabajadoras)

Pero aunque he apuntado el caso de lo complicado y antidemocrático que es excluir a todos los parientes del jefe de la casa real (que no entiendo por qué no las llama así), cualquiera que sea el grado de parentesco, lo más vergonzoso es que excluyan precisamente a esos, a miembros de las Casas Reales ¿por qué? ¿Dónde está la democracia? ¿es que no tienen la nacionalidad española como los demás? ¿o al convertirse en el ciudadano Capeto, perdón Borbón, ya pierde sus derechos cívicos? Que buenos ellos que por lo menos no lo amenazan con que pierda tambien la cabeza ¿o sí? Eso se lo dejamos a los incontrolados, a los del trabajo sucio, y los aupados a mirar a otro lado
Y digo el complicado procedimiento de exclusión porque habría que investigar toda la genealogía de todos las personas sospechosas o no, porque pueden tener parentesco y no tener ningún apellido que los vincule a las familias exreinantes. Os he dado una pista citando algunas, pero habría miles que sus apellidos no lo denuncian. ¿Qué hacemos? ¿recordáis aquello de la pureza de sangre y las pruebas de nobleza? ¿lo ponemos nuevamente en vigor solo que en sentido contrario?